Principales conclusiones
- Los dispositivos excluidores de tortugas (DET) impiden la captura de tortugas marinas.
- Los proyectos de mejora de las pesquerías aumentaron el cumplimiento de las normas gubernamentales para reducir las capturas accesorias.
- La presión de los minoristas y de la cadena de suministro puede impulsar el cambio en el agua.
Cinco proyectos de mejora pesquera (FIP) en las pesquerías de camarón del Golfo de México están reduciendo significativamente el número de tortugas marinas capturadas incidentalmente. Estos FIP cubren más del 99% de las capturas de camarón en el Golfo de México.
Reducir las amenazas para las tortugas marinas
Las tortugas marinas pueden quedar atrapadas y morir en las largas redes tubulares utilizadas para capturar gambas. Pero una solución sencilla, los dispositivos excluidores de tortugas (DET) correctamente instalados, permite a las tortugas escapar.
Mejora de las prácticas pesqueras a través de los PIF
Aunque la normativa estadounidense exigía el uso de DET, muchas redes camaroneras tenían DET mal instalados o dañados, lo que impedía que las tortugas escaparan.
Para hacer frente a este reto, a partir de 2013, los cinco PIF adoptaron disposiciones para que los camaroneros realizaran inspecciones proactivas de sus DET, para detectar y solucionar problemas y garantizar el funcionamiento eficaz de los dispositivos.
Estas inspecciones de artes siguen en curso y han generado un alto grado de cumplimiento del uso de DET. Las revisiones recientes demuestran que han sido muy eficaces para proteger a las tortugas marinas.
Impulsar el cambio medioambiental a través de la cadena de suministro
La Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de EE.UU. (NOAA) ha vigilado durante años el cumplimiento de la normativa sobre DET por parte de la flota camaronera y ha ofrecido "controles de cortesía" gratuitos por parte de los inspectores de la NOAA. Pero los camaroneros desconfiaban a menudo de estos inspectores y rara vez hacían tales solicitudes.
Sin embargo, con los nuevos requisitos del FIP, las peticiones de los compradores de gambas llevaron a muchos más buques a superar esas sospechas y ponerse en contacto con los inspectores de la NOAA.
