Si usted vende calamares, lo más probable es que ya sepa que hay tres especies de calamar que dominan la producción, el comercio y la demanda mundiales: El calamar gigante (Dosidicus gigas), el calamar argentino (Illex argentinus) y el calamar japonés (Todarodes pacificus). Pero quizá no sepa que la competencia entre ellos por el título de "más sostenible" está empezando a calentarse.

Estas tres especies representan más del 60% de la producción mundial de calamar, y la demanda de mercados con grandes expectativas de sostenibilidad, como Norteamérica y la UE, no deja de crecer. Estos dos hechos, junto con la naturaleza de mercancía de los productos del mar elaborados con estas especies, han dado el pistoletazo de salida a una carrera dirigida a satisfacer las demandas de sostenibilidad de las potencias mundiales de la venta al por menor de la UE y Norteamérica.

Durante los dos últimos años, hemos visto una cosecha de prometedoras iniciativas incipientes de sostenibilidad del calamar. Este esfuerzo incipiente aún no tiene una repercusión significativa en la producción mundial de calamar; casi cualquier persona relacionada con este negocio conoce los esfuerzos que se están realizando en geografías como Estados Unidos (una única pesquería de calamar certificada por el MSC), el banco chino de Shantou-Taiwán (FIP básico) y Nueva Zelanda (FIP hacia el MSC), pero el impacto que estas iniciativas tienen a escala mundial es trivial en comparación con el potencial de los tres equipos de carreras de calamar.

De los tres, el calamar volador japonés ha tenido la pole position en esta carrera casi desde el principio, con un buen ejemplo de pesquería gestionada de forma sostenible y responsable bajo jurisdicción japonesa, según el programa Seafood Watch del Acuario de la Bahía de Monterey. El trabajo sirve de ejemplo que otras naciones pesqueras (Corea y China) podrían seguir mientras impulsan esta carrera de sostenibilidad.

A pesar de dicha ventaja y del esfuerzo de mejora promovido en China por empresas como Sea Farms, Panapesca, Aquastar y Quirch Foods, parece que el tempestuoso comienzo en el caso del calamar gigante del Pacífico ha sido suficiente para tomar la delantera en la carrera. D. gigas es objeto de un FIP público en México, así como de movimientos sólidos y fiables en Perú, donde más pronto que tarde se anunciará un FIP completo tras un par de años increíbles de movimientos positivos y noticias sobre la pesquería. La creación de CALAMASUR (Comité para el Manejo Sustentable del Calamar Gigante del Pacífico Sur), un grupo formado por pescadores, académicos y partes interesadas de la industria de Perú, Chile y Ecuador, ha fomentado movimientos dentro del Organismo Regional de Ordenación Pesquera (OROP) del Pacífico Sur hacia una gestión más sostenible de este recurso.

Tal fuerza no está presente en los otros dos grandes equipos de esta carrera (I. argentinus y T. pacificus), siendo el calamar argentino el que tiene un futuro más difícil en términos de gestión coordinada. A pesar de la disputa política entre Argentina y el Reino Unido, se han logrado ciertos avances desde la reunión de mayo de la SAFC (Comisión de Pesca del Atlántico Sur), en la que ambas naciones acordaron llevar a cabo campañas conjuntas de investigación científica para recopilar nuevos datos sobre el estado de la pesquería. Pero la relevancia de las capturas no reguladas y no declaradas fuera de la ZEE argentina es el punto más importante para el futuro de los programas de sostenibilidad de la pesquería de Illex Argentinus en el Atlántico SO.

La preocupación por esta situación está muy arraigada entre las empresas (en su mayoría españolas) que históricamente han venido utilizando esta especie como principal fuente de materia prima para su negocio y también para las que tienen activos pesqueros en los caladeros de Argentina. Ese fue el tema de una reciente reunión que la SPP mantuvo con Iberconsa, Cabomar, Congalsa y Nueva Pescanova unas semanas antes de la feria CONXEMAR. La feria en sí resultó ser una gran oportunidad para ampliar esta conversación con otros que se enfrentan a escenarios futuros similares y están dispuestos a utilizar su peso e influencia para crear un equipo argentino competitivo de regatas de sostenibilidad del calamar.

Ha terminado el calentamiento y ha empezado la carrera del calamar sostenible, con recompensas de los mercados. Sin embargo, el camino para los grandes corredores será duro y requerirá cooperación y acuerdos internacionales para asegurar un futuro sostenible ganador.