Me entusiasmó la noticia del mes pasado sobre la primera pesquería de pulpo del mundo en certificarse como sostenible por el Marine Stewardship Council (MSC) y el hecho de que esta pesquería esté aquí mismo, en España.

SFP se ha comprometido a mejorar las pesquerías de pulpo, por lo que esta noticia es una buena señal de que los proyectos de mejora de las pesquerías (FIP) y la certificación MSC pueden aplicarse incluso a especies menos comunes, como el pulpo.

Cuatro cofradías de pescadores asturianas -Nuestra Señora de la Atalaya de Puerto de Vega, Nuestra Señora de la Caridad de Ortiguera, Santo Ángel de la Guarda de Viavélez y San Pedro de Tapia de Casariego- poseen el certificado. La flota es pequeña, compuesta por 27 embarcaciones con base en la zona de Navia-Porcía, en el occidente de Asturias, y solo emplea a pescadores artesanales.

El anuncio del MSC citaba las palabras de Adolfo García Méndez, Presidente de la Cofradía de Pescadores de Nuestra Señora de la Atalaya, en Puerto de la Vega, y representante de las cofradías: "Ha sido más de un año de duro trabajo de todos los pescadores artesanales del Occidente de Asturias. Estamos comprometidos con la protección de nuestro océano porque sabemos que de ello depende el futuro de nuestras comunidades costeras y la sostenibilidad del medio ambiente."

Lo único que podría haber aumentado el éxito de la certificación de la pesquería por parte de las cofradías habría sido que la pesquería hubiese participado en un FIP antes de la certificación. Entre otros beneficios, la pesquería podría haber recibido un mayor reconocimiento público por el duro trabajo mencionado por Méndez.

El MSC no ha prestado mucha atención al pulpo en el pasado, pero la organización espera claramente que más pesquerías sigan el ejemplo de las cofradías. Según Laura Rodríguez, responsable del MSC en España y Portugal, "Una de las prioridades del MSC en España y Portugal es animar a más pesquerías locales a unirse al programa para ampliar nuestra oferta de productos del mar sostenibles certificados y de origen local."

No podría estar más de acuerdo. La pesquería de las cofradías sólo produce entre 30 y 60 toneladas de pulpo al año. En cuanto se corrió la voz de la certificación MSC, la pesquería se vio desbordada por la demanda de pulpo certificado por parte de los mercados internacionales (algo, debo añadir, para lo que un FIP podría haber ayudado a la pesquería a prepararse). Minoristas y proveedores del Reino Unido, Suiza y Estados Unidos ya se han puesto en contacto con las cofradías preguntando por su producto y no hay posibilidad de que la pesquería cubra por sí sola tal demanda. Esto ya ha repercutido en el precio, puesto que los compradores y transformadores que limpian, evisceran y congelan el pulpo están intentando posicionarse como los principales vendedores de esta nueva oportunidad de mercado.

No obstante, espero que esta demanda anime a otras cofradías de pescadores vecinas de la región de Asturias que faenan en el mismo caladero a unirse a la certificación (también facilitada por la participación en los FIP). Idealmente, este logro influirá en la pesquería artesanal regional de la vecina Galicia para que también emprenda el camino hacia la sostenibilidad. Esta pesquería es mucho mayor y produce anualmente entre 3.000 y 5.000 toneladas de pulpo capturado en España, una cantidad suficiente para cubrir la creciente demanda.

Así pues, existe una importante motivación económica para que la pesca gallega se suba al carro, lo cual es necesario para aprovechar el éxito del mes pasado. La certificación de estas cofradías ha supuesto un avance significativo, pero aún queda trabajo por hacer. Solo mediante la certificación de una pesquería de gran volumen o trabajando a través de un FIP hacia ese objetivo veremos pulpo sostenible que cubra la demanda nacional e internacional de este sabroso producto.

Pedro Ferreiro reside en España.