Un nuevo informe, publicado hoy por la SFP, muestra que las pesquerías mundiales de pescado blanco siguen una tendencia positiva de mejora, pero la situación está muy polarizada: unas pocas pesquerías sostenibles producen mucho pescado, mientras que la mayoría no están bien gestionadas.

El informe abarca el periodo de evaluación más reciente para el que se disponía de datos comparables en octubre de 2012 y cubre 51 pesquerías principales de pescado blanco en todo el mundo.

El informe utiliza puntuaciones de la base de datos pública FishSource (www.fishsource.com) para clasificar las pesquerías en Categoría A (muy bien gestionadas), Categoría B (bien gestionadas) y Categoría C (mal gestionadas). El informe completo y las tablas de apoyo pueden consultarse aquí.

En resumen, el informe concluye que para la pesca de pescado blanco:

  • El 41,5% del volumen total de pescado blanco suministrado al mercado procede de pesquerías en muy buen estado (categoría A). El 88,5% del bacalao suministrado al mercado pertenece a la categoría A.
     
  • El 37,5% del volumen total de pescado blanco suministrado al mercado procede de pesquerías que están en buena forma, pero que se beneficiarían de mejoras en el régimen de gestión (categoría B). Ninguna población de bacalao entra actualmente en la categoría B.
     
  • El 21% del volumen total de pescado blanco procede de pesquerías que no han sido gestionadas eficazmente y requieren mejoras significativas (categoría C). El 11,5% del bacalao suministrado al mercado pertenece a la categoría C.
     
  • Un gran volumen de pescado blanco procede de pesquerías en buen estado, mientras que la mayoría de las pesquerías de pescado blanco se encuentran en un estado deficiente. 11 (22%) pesquerías pertenecen a la categoría A, 13 (26%) a la categoría B y 27 (52%) a la categoría C. La situación está especialmente polarizada en el caso de las 17 pesquerías de bacalao: 4 (24%) pertenecen a la categoría A y 13 (76%) a la categoría C.
     
  • Muchas de las pesquerías que deben mejorar carecen de proyectos de mejora pesquera (FIP), situación especialmente grave en el caso del bacalao. De las 27 pesquerías de pescado blanco que requieren mejoras significativas (categoría C), sólo 13 cuentan con un FIP y, de éstas, al menos 7 se considera que no han progresado lo suficiente según la evaluación del SFP. En el caso del bacalao, 13 pesquerías están en la categoría C y sólo 3 tienen FIP.
     
  • La SFP calcula que si todas las pesquerías de pescado blanco se gestionaran de forma eficaz, las capturas probables en 2020 podrían ascender a 6.788.400 toneladas. Esto supondría casi un millón de toneladas adicionales de pescado blanco en comparación con los desembarques más recientes. Una vez más, este beneficio depende de que se apliquen mejoras pesqueras en muchas pesquerías.

Jim Cannon, Director General de Sustainable Fisheries Partnership, comentó el informe:

"Este informe muestra que las pesquerías de pescado blanco se dividen esencialmente en dos bandos: a algunas les va muy bien, mientras que otras siguen en malas condiciones. Es una gran noticia que aumente el volumen total de pescado blanco capturado de forma sostenible, pero el sector no debe perder de vista la necesidad de llevar a cabo proyectos de mejora de las pesquerías allí donde se necesitan con urgencia. Los consumidores pueden comer bacalao de pesquerías bien gestionadas con la conciencia tranquila, pero deberían pensar en las pesquerías que no están tan bien".

El informe sugiere que las recientes mejoras podrían no continuar sin esfuerzos adicionales. Los datos de los dos últimos años muestran que prácticamente no ha aumentado el porcentaje de volumen de las pesquerías de categoría A, tanto en el caso del "pescado blanco" como en el del bacalao, lo que puede indicar que se han logrado mejoras en algunas pesquerías de gran volumen, pero que existe un núcleo duro de pesquerías con malos resultados que se resisten al cambio.

La SFP insta a los compradores comerciales de pescado blanco a tomar las siguientes medidas:

  • No abastecerse en pesquerías en las que la biomasa actual de la población reproductora esté por debajo del punto de referencia del límite inferior y en las que no exista un FIP creíble. Las empresas que actualmente compran en estas pesquerías deberían seguir haciéndolo, pero con un calendario claro de retirada si las mejoras no se producen a tiempo.
     
  • Animar activamente a todas las pesquerías de pescado blanco que no cuenten con un proyecto de mejora a formar una iniciativa de este tipo y empezar a avanzar en el desarrollo de una mejor gestión. Se trata de una prioridad especial para las pesquerías de bacalao del Atlántico noroccidental.
     
  • Animar a las pesquerías de pescado blanco que ya cuentan con FIP a garantizar que el impulso de mejora continúe y que los avances no se estanquen. Se trata de una prioridad especial para las pesquerías sudamericanas.
     
  • Animar a las pesquerías que tienen certificaciones MSC con condiciones pendientes a que las cumplan lo antes posible.
     
  • Animar a las pesquerías a adoptar elementos de gestión pesquera basada en los ecosistemas.